
…más allá de los girasoles del apocalipsis, a través de los secos ríos del dolor, habiendo transitado los horrendos desiertos inconmensurables de la vida, te hallaré, mi ángel transparente…
y tu sonrisa azul y tu mirada de agua bautizarán mis pecados ardientes, para que pueda darte mi risa paternal o una palabra o tu nombre que no habré de olvidar…
tras el camino o la vereda de la existencia, quizás este amanecer, me hallarás en el lugar sin cielo que merezco pues en nada he creído y tomarás mis manos ciegas e inmorales como el jardinero que cosecha sus flores, hada de nombre santo, y entonces estarán juntas tus manitos y las mías…
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