
- ...y la debilidad es desear, pues es dolor y es amor a ese dolor. Yo soy valiente y desprecio el mundo, el suyo que en su sufrimiento es inmundo, y me desprecio a mí mismo y en eso reside mi valentía. Es que en mí no hay fanatismo ni devoción, quizás certeza pero es un pacto mano a mano que vale más allá que cualquier tabla escrita... ustedes los débiles son los que sufren, en cambio yo me dedico a matar aunque signifique condenación para mí. No mato débiles, no dirijo mis filosas espadas a los débiles, ellos dirigen a otros valientes, que como yo, desprecian y escupen la tierra que los parió, y en mortales encuentros nuestros desprecios se juntan con la muerte, y a veces morimos y a veces no... morir es como un alivio para mí, como un dulce bálsamo para el asco de vivir, esa repugnancia que se siente ante un cadáver cubierto de miel, o cubierto de comida... Por esto te clamo Señor Jehová, para que me fortalezcas una vez más, para que yo tome venganza para ti... La vida es dolor y asco al terror, por eso el valiente se impone vivir como un orgulloso desafío... hoy he de morir, y ustedes conmigo... muera yo con los filisteos, pero han de vivir mis hazañas con otros nombres y otros juicios, aunque mi carne sea tripa de gusanos... y ustedes morirán hoy conmigo, gracias a Jehová dios de los ejércitos, mi señor que vive y reina, el dios único que mueve las víboras de mis cabellos y mi barba que me atan su gloria de oro, el Señor que alabo y respeto como a mi igual, el que me dio brazos como poderosas columnas para que los mate conmigo... soy Sansón juez de Israel, el nazareno que matará a los malditos filisteos por la vergüenza de Jehová, el dios único... - Y entonces se inclinó con toda su fuerza, y cayó la casa sobre los principales, y sobre todo el pueblo de Gaza que estaba en ella. Y los que mató al morir fueron como los granos de polvo de los desiertos, muchos más que los que había matado durante su vida.
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