En la Naturaleza todo elemento es sagrado,
concibamos o no la figura de un dios;
más esa divinidad del tiempo y espacio
esa gracia con que se arrastra el caracol
y la víbora son vanos movimientos efímeros
que avanzan sólo en segmentos aislados;
vanos y caducos somos, ágiles, volados
meras ondas que la piedra provoca en el río.
Por donde anduve habrá mañana otros pasos,
al morir un astro celeste no muta el universo
ni lloraron los cristos cuando murió mi hermano.
La brizna, el hombre, la oscuridad son sagrados
pero nada es irremplazable sea bueno o perverso
incluso este verso será mañana olvidado.
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